Hablar tonterías y decir estupideces, un 2×1 a precio cero

Hoy de foodies va la cosa. Vamos a empezar aclarando que no es lo mismo una opinión que una crítica, está claro que la primera la pueda dar cualquiera, te gusta, no te gusta, me sabe a tal o cual, me gusta más o menos y poco más, para esto no hace falta preparación o un amplio conocimiento de gastronomía. Para la segunda en cambio y hace falta conocimiento, criterio, estar preparado y ya si me apuras, haber trabajado en una cocina o al menos en un bar, restaurante o similar.

Sin ánimo de ofender a nadie y si lo hago, que se joda, lo digo así de claro, pero no es normal ver a cualquier mindunguis recomendando platos que no sabe ni pronunciar o escribir, encima tienen la osadía de que ese plato que no saben ni pronunciar es de sus favoritos, ese que te lo suelta como si lo hubiese comido toda su vida y resulta que esa es la primera vez que lo comía. No puedes ser tan paleto de probar algo por primera vez e ir de chulo como si comieses eso todos lo días, ¿Dije todos lo días? Ni todos los años y se nota, payaso!

Vas de influencer y no sabes ni lo que comes, ni como se hace, ni de dónde procede ni nada de ná! Por lo menos puedes investigar un poco no, empaparte de algo de información para no quedar tan mal, pero no, te empeñas en demostrar lo ignorante que eres, eso sí, te encanta decir lo que te gusta o mencionar lo que no está a la altura según tu gusto, tú, si tú, que solo comes salchichas y pasta con nata en casa, que recomiendas en tus cuentas de RRSS comer alimentos de mala manera por seguir una simple moda y que las entidades sanitarias se rompen los cuernos trabajando para que la gente haga justo lo contrario de lo que recomiendas.

Y es que la ignorancia no solo es atrevida, sino también peligrosa, pero lo peor de ella es que el ignorante que la tiene hace que la suframos los demás y no él y que, como hablar es gratis… Si decir estupideces generaría multas, mucho mudito habría en este mundo.

Es que el «virus» este de los foodies se ha extendido por doquier, gente que se creen estrellas de cine, alimentados también por productores, restaurantes, bares y todo aquel que quiere dar a conocer sus productos o locales a bajo coste y de manera «cool» por los seguidores que tienen, que si no, para rato. La gran mayoría de estos individuos lo llama «hacer una colaboración» Y ¿En qué consiste esta colaboración? Pues nada, en que se pase a comer o que le manden productos para «probar» y dar su valoración, una valoración de muy pobre contenido que se reduce a «esto está muy bueno», «esto fue lo que más nos gustó» o «la mejor que he probado» Claro que sí campeón, teniendo en consideración que es la única que has probado.

Pero que carajo se yo el gusto que tiene, ni me das una pista de los sabores, texturas, aromas, recuerdos o la sensación que te de la gana que pueda encontrarme en un producto, plato o local, no, no, tu solo sueltas barbaridades y para colmo sin haber pagado, a ver si vas a tener cojones de hablar mal por algo que nos has pagado.

Tiene cojones que los productores y restauradores estén bajo la lupa de gente sin preparación, sin saber lo que cuestan las cosas, y me refiero a lo económico y al esfuerzo, porque nunca han pisado un local de hostelería por dentro de la barra, cocina o sea la parte que sea y esto simplemente amigo, no es justo, ser criticado por la ignorancia no ayuda a nadie, ni posible comensal, ni al hostelero, solo al mindungui en cuestión, es lamentable, deberían recordar que una crítica constructiva, es una valoración de un análisis o juicio que se comparte con el fin de ayudar a mejorar a otra persona.

Tener un poco de empatía con el hostelero y productor es clave para hacer una crítica constructiva, digo yo, total, al final, el mayor beneficiado de este intercambio es el cliente, esa crítica debería ayudar a mejorar para dar un mejor producto, un mejor servicio, pero no, vamos a destruir a todos, no hay crítica constructiva sin empatía. También es cierto que hay gente que no lo hace del todo bien, pero hay que entender señores, hay mucho trabajo, esfuerzo, familias y trabajos en juego, no se pueden regalar juicios a la ligera, se puede causar mucho daño e irreparable.

Cuándo algún hostelero o cliente le ha plantado cara diciéndole, pero ¿Qué preparación tienes tú para criticar? Y el jetas responde, «yo solo digo lo que me parece» «doy mi opinión» «para eso no hace falta estudiar». Entonces quita el subtítulo de tu Red Social de «crítico gastronómico» que ni en 5 vidas vas a serlo.

Y ya cuándo te saltan y te espetan «yo he ido a muchos restaurantes más que tú» y pienso, por esa regla de tres, yo puedo ser ginecólogo por todas las novias que he tenido, desgraciado! Es que de verdad, se esfuerzan no solo por parecer tontos, sino trabajan duramente para serlos.

Debería existir lo contario, es decir, un «trip advisor» del hostelero, uno en el cual advierta a sus colegas de profesión sobre la indecencia de tal o cual, con una foto de su careto para estar sobre aviso y declararlos persona non grata en la casa de cada cual o unos hosteleros designados a poner alertas sobre los dichosos «colaboradores» y pasarles la cuenta y que opinen, pero al menos que paguen, ya verás que no lo hacen bajo la misma perspectiva.

Para terminar, que veo que me estoy calentando y me conozco y aquí puede correr sangre y antes de que comenter tonterías, ojo, no digo que tienen que saberlo todo, eso es imposible en gastronomía por eso me gusta tanto, nunca se acaba el aprendizaje, tampoco digo que nadie podría hacer esto y menos de manera profesional, no! Pero lo dicho, hay que ser PROFESIONAL, y el colectivo de sabelotodos gastronómicos está muy, pero muy falto de este ingrediente.

Amigo foodie, por saber, no sabes ni agarrar unos hashi. Palillos japoneses, por si no lo sabías, seguro que no, de nada y hasta otra.

2 comentarios sobre «Hablar tonterías y decir estupideces, un 2×1 a precio cero»

  1. Se ve que te han entrado duro. Siempre hay sabelotodo haciendo gala de su ignorancia no solo en gastronomía. Hay que dejarlos, desaparecen sin que nadie los reclame. Pena es que tu enfado nos ha privado de tus comentarios tan interesantes. Espero que hayas calmado y el próximo finde nos dejes con algo que nos haga mejorar. Saludos

    1. Ja, ja, ja! Hola Juan Carlos, lo primero, agradecerte que te hayas pasado por aquí y que hayas comentado, el tema es que solo hay que ver cuanta gente sin conocimiento del tema opina libremente como si todas las opiniones tengan validez, no hay que equivocarse, todos tienen derecho a opinar, pero, no todas las opiniones son válidas! Yo puedo opinar de leyes, pero sin ninguna validez, de eso estoy seguro, ya que de leyes se lo que se de ingeniería termonuclear en japonés, creo que con mi ejemplo se entiende lo que quiero decir, cierto, sobre todo recalcar el daño gratuito que se hace a profesionales que hay al otro lado trabajando toda la vida en esto, a ver, hay de todo en todos los gremios, no nos vamos a engañar, pero regalar ignorancia con aspersor no creo que se lo mejor y menos de quienes lo hacen, pero así va el mundo en el que vivimos, que le vamos a hacer, ¿No? Por otro lado, no estoy enfadado ni mucho menos y no te preocupes, el domingo que viene estaremos por aquí con algo que seguro te va a gustar. Reiterar mi agradecimiento por ser parte de esto, cuando quieras, aquí estaremos, hasta pronto. Recuerda, como decía Bertrand Rusell, “El problema de la humanidad es que los estúpidos están seguros de todo y los inteligentes están llenos de dudas”

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