Mitos y leyendas de la cultura popular en la gastronomía

Una leyenda nos cuenta un relato basado en hechos humanos, reales o ficticios que se transmiten a través de generaciones, ya sea de manera escrita o de formal oral, normalmente son basados en hechos heroicos y de luchas históricas. Hasta hora bien, pero a partir de aquí, nosotros usamos aquella información extraída de la historia concerniente a la gastronomía.

Leyendas las hay épicas, de batallas, de terror, conspiranoicas, infantiles, religiosas, populares y cómo no, gastronómicas.

La llamada «sabiduría popular», es reconocida padas muchas generaciones en cuanto es contratada con la ciencia, digamos que, cosas que se decían muchos años antes y que hoy en día no solo se ha probado que son reales, sino que funcionan. Sin embargo, no todas estas «leyendas» son admiradas por la ciencia y ni siquiera funcionan por diversos motivos que han sido probados.

Para hacer una rápida comprobación, hoy en Gastronoming te traemos 3 Mitos y leyendas de la cultura popular en la gastronomía que te harán ver rápidamente a lo que nos referimos, legados históricos que estamos seguros que has escuchado, incluso te habrás creído en algún momento o quizá te las sigues creyendo, si eres de estos, sentimos hacerte un spoiler al decirte desde ya que no funcionan.

Para estos mitos, encontraremos de todo entre las opiniones de la gente, están los que sin ser científicos, te dirán que cómo es posible que creas algo así, incrédulos los llamaran los creyentes, pero es que esto, como todo en la vida, o al menos eso creemos aquí, debe estar probado por la ciencia y las afirmaciones aquí presentadas, están muy lejos de la ciencia y no son precisamente cuestiones de fe o similares.

Veamos pues cuales son estas «leyes» que han perdurado a lo largo del tiempo y que aún existe gente que se las cree, te lo cuento con conocimiento de causa, no conozco a uno o a dos, sino a varias personas que no solo se las creen, sino que también las defienden a ultranza, y tú, ¿Habías oído hablar de ellas?

La ley de los 5 segundos

Esta asegura que no pasa nada malo si un alimento se cae al suelo y lo recoges en 5 segundo o menos antes de comértelo. Entonces, afirma que antes de cumplir los 5 segundos, no se infectará de bacterias o al menos, no de las suficientes para causarte algún daño estomacal o contagio bacteriano. 

En realidad, poco tiempo que ver el tiempo, sean 5 segundos, 3,6 o 36, según dice el estudio publicado en la revista Applied and Environmental Microbiology en 2016, dónde se dice que dos científicos demostraron que la regla de los cinco segundos en realidad no funciona por el tiempo, sino por la humedad que tienen los alimentos o la superficie en la que caen, a mayor humedad, el contagio de bacterias es más rápido.

Solo de pensarlo da asco, claro, como las bacterias están con el cronómetro en mano contando que pasen los 5 segundos para atacar a tu comida. Vamos por favor, solo hace falta haber acabado la primaria para saber que esto es una asquerosidad, el suelo está infestado de todo tipo de bacterias, es imposible que tu no comida no se llene de m***da.

En algunos países es conocida como la «ley de los 6 segundos» vamos, que son más optimistas aún. Seguro que esta «ley», fue creada por algún «rata» o en tiempos de crisis para no desperdiciar la comida, justificación ad hoc para ambos casos, lo cierto es que debes empezar a preocuparte ya por la cantidad de bacterias que tienen tus encimeras o tu tabla de cortar, o mejor aún, no debes ver la cantidad de bacterias, sino el tipo, eso si es preocupante, como para dejarlo solo a si se te cae comida al suelo!

Los «remedios» de la abuela

Sabemos que las abuelas fueron nuestras fuente de esta información y de mucha otra que seguro, hasta día de hoy seguimos aplicando con resultados positivos, sin embargo, en una época, nuestra abuelas, digamos que, lo curaban todo con alcohol, ¿O no? Quién no a fingido un dolor estomacal de niño para una copita de quina, moscatel o algún licor, claro, lo curioso es, que investigando, en cada país los vinos o aguardientes «recetados» por la abuela son distintos, entonces, el remedio era el producto en sí o la cosa era que lleve alcohol.

Claro, era la escusa para empujarte algo con alcohol, y esto no era que si en un lugar te daban una u otra bebida, sino que todas llevaban alcohol y el alcohol en dosis pequeñas, relaja, no cura, pero te deja con ese puntillo de alegría que te haría olvidar cualquier mal, sobre todo si pesas unos 40 kilos, ¿No crees?

Que si el dolor es de muela, aguardiente, que si el dolor es de tripa, ginebra, vino quinado o dulce, que si lo que te afecta es la gripe, leche con brandy, ahora, habían abuelas algo más hardcore que obviaban la leche en este caso, dolor de garganta, alcoholazo para calentar el gaznate… Y así podríamos mencionar miles, ojo, con esto no queremos decir que todos los remedios de las abuelas son malos o inservibles, no! Los hay muchos que son avalados por la medicina y no voy a ser yo quién les de la contrario, pero dime que te gustaban estos remedios.

Bueno, luego tu ya cogiste el impulso que te dejó tu abuela y seguiste buscando pretextos para usar el alcohol como cura de tus males, ¿Qué no? Cuantas veces te arrimaste un licor para ayudar al cuerpo contra la indigestión, voy más allá y esta no puedes negarla, ¿Cuántas veces te has convencido que la mejor cura para resaca es beber más alcohol? Bueno, ahí lo tienes, ¿Quieres que siga? No, ¿Verdad? Porque tú sabes que tengo razón.

Poner una cuchara en una botella de espumoso

Cuantas abuelas nos han querido convencer de esta falsa creencia que dice, que si metes el mango de una cuchara en una botella de vino espumoso abierta, el gas no se escapa. Lo primero, ¿A quién se le queda una botella de espumoso abierta? Quiero creer que muy mal de salud tiene que estar para que esto pase, pero bueno, vamos a darle el beneficio de la duda, en mi casa no se quedan a la mitad ni las botellas de sidra, por favor!

Segundo, ¿Qué poder mágico podrá tener la cuchara para aterrorizar a las burbujas para que no quieran escaparse de la botella porque el cubierto salvaguarda la vía de escape? Está claro que ninguno, es obvio.

Claro, habrá quién te diga que lo ha comprobado y demás, que para eso tenemos el tercer punto, para dar la explicación, ahí vamos. Tercero, si has creído esto es porque lo has hecho, y siento decepcionarte, pero lo único que ha podido pasar aquí, es que haya perdido ,emos gas, pero tranquilo, no es por la cuchara que metiste en la botella, sino, que seguro guardaste la botella en frío y la solubilidad de los gases en líquidos aumenta a temperaturas bajas, no tiene nada que ver con la cuchara, en definitiva, el frío además ralentiza la pérdida de gas en estas bebidas, ahora, perder, lo pierde todo.

Y por si tienes alguna duda y sigues creyendo que esto funciona, déjame decirte que existen varios estudios hechos por diversas entidades en todo el mundo que desmienten esto, pero quizá, uno de los de mayor trascendencia, fue el realizado en 1995 el Centro Interprofesional de Vinos de Champagne hizo los experimentos correspondientes para desmentir por completo esta creencia popular.

Ahora, escucha esto, si abres una botella de Cava, Champagne, Asti, Sekt o lo que sea que tenga alcohol y gas, no la insultes y acábatela! 

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